PROYECTO CULTURAL COMUNITARIO DEL CABILDO DEL TEMPLO DE OYÁ

El rescate y recreación de las tradiciones ancestrales es objetivo central del proyecto cultural comunitario del Cabildo del Templo de Oyá, una acción sistemática concebida y dirigida por Nancy Pullés Méndez, destacada artesana y artista de la plástica.
Enclavado en un pequeño espacio del número 364 de la calle Cristina, de La Habana Vieja, en la capital cubana, todo el espacio transfunde lo trascendente y divino de religiones de orígenes africanos, con la belleza y plasticidad de lo artístico y la artesanía de la autora.
Lo cubano preside toda su concepción monumental en su reducido espacio.
Pensamientos e imágenes de don Fernando Ortíz y de Nicolás Guillén se muestran en sus paredes.
También la efigie de Santa Teresita del Niño Jesús, patrona de Francia, está posesionada en el local.
Cuenta con una galería de arte, a la cual puede acceder el público de martes a sábado, de nueve de la mañana cinco de la tarde; un templo y un trono a las divinidades.
Además de artesana y artista de la plástica, Nancy es poetisa, pintora, diseñadora, modista y sastre, de lo cual es experta en alta costura y arte religioso.
En la galería de arte Paso las catacumbas se muestran tapices, muñequería para ambientación, esculturas y obras plásticas, artesanías religiosas, mantelería fina al estilo colonial y trajes de santos.
La presencia y participación de los niños es el principal aporte que atesora el proyecto cultural comunitario.
Como antesala a la celebración el conjunto musical, compuesto en esta oportunidad por cuatro de los integrantes del Grupo Experimental Cuatro Vientos, pertenecientes a la Agencia Cubana CARICATOS, interpretan varios números que amenizan el encuentro.
NANCY, LA PROMOTORA
Soy la artista que realizo las obras que se les entrega a las personas que obtienen el premio nacional o internacional Fernando Ortiz.
El doctor Miguel Barnet me indica qué trabajo interesa para que se le realice para entregar a las personalidades.
Hace alrededor de cuatro años el decidió que yo, como jefa de templo, atendiera un evento que se llamó Encuentro de jefes de templos, donde, haciendo valedera la palabra del doctor Fernando Ortiz de que Cuba es un gran ajiaco, pues convocamos a santeros, paleros, de ifa, de bantú, de todas las corrientes existentes en el país y ellos hicieron sus representaciones y danzas, y explicaron qué trabajo realizan, en qué consiste su fe, cual es la base de sus tendencias.
Es una cosa bella por que se aprende muchísimo.
Hemos tenido tres de esos eventos.
Del 17 al 19 de marzo de este año, fecha en que regularmente se convoca al evento, realizamos el encuentro con el país invitado Brasil. Para orgullo nuestro llegó una madre de los reinos de Brasil de la ocupación Obbatala y, además de sus conferencias, declamó algunas poesías, interpretó algunos cantos como jefa de templo allá.
Una cosa muy linda, aplaudida por todos nosotros. Ella enseñó a los niños a bailar como los brasileños.
Fue un actividad preciosa.
Ellos volvieron hace como dos meses a verme y trajeron algunos disquetes sobre este reino religioso de San Salvador de Bahía, en Brasil, donde realizan también alguna promoción de nuestro trabajo.
LA FAMILIA
El padre de Nancy se llamó José Humberto Pullés Guzmán, nacido en Santiago de Cuba e hijo de un francés casado con una española.
La mamá se llamó Emelinda Méndez Figueroa, también oriunda de Santiago de Cuba, y de ascendiente, según Nancy, de africanos, pero evidentemente de origen haitiano por lo que ella misma narra de las cosas de su madre cuando afirma que seguía “la corriente haitiana”.
Ella está casada con el ingeniero Ernesto Caballero Ortiz, y tiene un hijo: Edward Boris Ruiz Pullés, quienes fungen como gerentes del proyecto del Templo de Oyá
UNA ARTISTA QUE HA VIAJADO POR VARIOS PAISES
Nancy es una artista y artesana que ha recorrido parte del mundo.
Ha estado en Hungría, Polonia, España, Canadá, Etiopia y en Japón.
Pero de lo que me lamento es que nunca he viajado hacia países de nuestra América y el Caribe.
Próximamente pensamos viajar a Méjico, y que el trabajo de los niños sea conocido allí también.
EL PREMIO UNESCO
En el año 2009 fuimos convocados a que todos los países presentaran expresiones del trabajo ancestral, no sólo en danza, sino en diversas manifestaciones.
Llevamos La fiesta del cabildo en el barracón, una cosa muy linda, con las tendencias haitianas que mi madre cultivó en Santiago de Cuba y que yo aprendí de todo aquel bagaje precioso.
Concursamos con esa danza y, de 85 países que se presentaron, fueron seleccionados como Mejores prácticas ancestrales seis de ellos, dentro de los cuales estábamos nosotros .
En esa danza se representa cómo los esclavos del barracón celebran sus fiestas, y los niños lo interpretaron como si ellos mismos fueran haitianos.
Tan bien lo representaron que, sin discusión, se les otorgó el premio.
Fueron portadores de esas fiestas ancestrales.